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Eduardo Archetti (Santiago del Estero, 1943-Oslo, 2005)

Hoy a la madrugada se nos murió Eduardo Archetti, el Lali Archetti para todos los que lo conocimos y entonces, invariablemente, lo quisimos. Teníaun cáncer contra el que peleó infructuosamente hasta hoy, todavía demasiado joven, todavía con demasiadas cosas para investigar, inventar y decir. Se fue en Noruega, donde vivía desde hace más de treinta años con su compañera y madre de sus dos hijos, Kristi Anne Stølen, y desde donde nunca dejó de pensar la patria, aunque parecía que hablaba de fútbol, de polo, de tango, de comida.

Porque la mirada de Archetti sobre el fútbol siempre excedió lo previsible, el sentido común, la celebración populista o la condena apocalíptica. Y siempre transitó por el rigor, como cuando estudió el campesinado santafesino o el ecuatoriano. En 1996 inauguró las primeras jornadas sobre Deporte y Ciencias Sociales que se hicieron en la Argentina, en nuestra Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, diciendo: “yo no hago fútbol: hago antropología”. El fútbol, como el polo, el box, el automovilismo o el tango, le resultaba un espacio privilegiado para indagar lo que, en realidad, era su gran tema: cómo se había inventado (y cómo, trabajosamente, se seguía inventando) una nación. La gran diferencia, el gran hallazgo de Archetti, era que la construcción de la Argentina podía rastrearse e indagarse en las
zonas limítrofes y periféricas, en los espacios menos privilegiados y legítimos de los discursos: en lo que llamaba “las zonas libres” de una cultura, las que, por estar más lejos de las restricciones, daban lugar a la creatividad. Allí, la danza, la música y los deportes (y también la comida o las bebidas) eran los objetos centrales, los territorios donde las identidades dejaban de ser puro relato para volverse cuerpos: danzantes o deportivos, pero cuerpos significativos para construir nacionalidades.

Así, Archetti publicó (entre otros) dos libros inolvidables: Masculinidades, editado en 1999 en Inglaterra y en 2003 en la Argentina, y El potrero, la pista y el ring. Las patrias del deporte argentino, de 2001. En 2004, en un sabático latinoamericano, profundizó sus indagaciones sobre la danza y la música en una investigación inédita y comparada sobre Argentina, Brasil y Cuba; mientras que en nuestro país desplazaba su eje de trabajo hacia la producción de vinos y su relación con las narrativas de identidad (“La Argentina es Malbec”, se titulaba su proyecto).

Lali Archetti era un gran antropólogo, un inventor de zonas nuevas para el trabajo académico, un porfiado estudioso de nuestros países. Pero además, o por sobre todo, era un tipo inigualable, de una generosidad y un humor increíble. Un gran cocinero, que abría las puertas de su departamento en Oslo a todo el que estuviera dispuesto a comer y beber con él como excusa para conversaciones ilimitadas. Cuando lo conocí en 1994, apareció en nuestra cita con un montón de manuscritos inéditos: estaba convencido de que era imprescindible expandir los estudios sobre deporte en nuestro país, y en ese objetivo no se regía por ninguna especulación de propiedad intelectual.
Durante estos diez años me regaló una amistad inclaudicable, generosa, alimentada por correos electrónicos que discutían los avatares del fútbol argentino o europeo, mientras comentaba sus últimas ideas o discutía las mías, siempre deudoras.

Las ciencias sociales latinoamericanas han perdido uno de esos escasos y necesarios creadores: esos tipos que inventan cosas, con el único objetivo de explicarnos, comprendernos, hacernos mejores. Sus amigos, decenas en todo el continente, hemos perdido un tipo inolvidable. Sus discípulos, un maestro, su mejor título. En diciembre pasado armamos una reunión con colegas brasileños para discutir perspectivas comunes y comparadas: queríamos que fuera también un homenaje al que nos había abierto todos los caminos. Lali estaba en Buenos Aires, pero ya con los primeros síntomas de su enfermedad, y no pudo participar. Estas palabras son, entonces, las que hubiera debido escuchar en vida.

Pablo Alabarces

Facultad de Ciencias Sociales-UBA

 


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